3. LA POLITICA DE PAZ DE BELISARIO BETANCUR
El autor es un escritor e historiador que fue expulsado de varias instituciones de Colombia por sus conocimientos sobre el fascismo. Él fue expulsado de la FLACSO sede México por profesores franquistas españoles y argentinos que le impidieron graduarse como maestro en Ciencias Sociales. Fue vetado en la Universidad Tecnológica de Pereira y expulsado de varios colegios entre ellos el Colegio “Manuel Elkin Patarroyo” de donde lo licenciaron por crear un cine-club antifascista, del Colegio Aquilino Bedoya por defender las comunidades indígenas y del Colegio Agustín Nieto Caballero por crear un sindicato de educadores por contrato. Él ha sido adoptado como refugiado político por el Estado de Ginebra en Suiza y allí continúa sus estudios sobre la sociedad colombiana.
Desde 1984 se nota en Colombia una actitud
sistemática de los diferentes gobiernos por buscar una salida política al
conflicto armado y para ello,los presidentes y sus respectivos gobiernos han
diseñado diversas políticas de paz a partir de las cuales se ha intentado
liquidar la confrontación violenta que han partido de explorar las causas de la
violencia bajo diferentes ópticas;lo que es claro es que cada gobierno ha
impuesto una lógica de la paz completamente diferente,inspirada en
explicaciones también disímiles sobre la causalidad de la violencia.
3.1 BELISARIO
BETANCUR, EL CONFLICTO ARMADO Y
LA POLITICA
DE PAZ
"Le declaro la paz a mis
conciudadanos", expresó el presidente Belisario Betancur el siete de
agosto de 1982. Cuatro años después, el
20 de julio de 1986, reconoció: "La
empresa de la paz es imposible de conseguir".
En
el lapso que separa un discurso del otro, el país se desenvolvió en una
contradicción que sólo se puede explicar recurriendo al estudio profundo de
nuestra realidad social y política: Los
esfuerzos por consolidar una política de paz desde el poder con apoyo de
sectores políticos de la sociedad civil y la actividad sistemática de los
sectores derechistas orientada al
desprestigio de los proyectos del
Gobierno.
La
primera advertencia de los bombardeos contra la paz que se avecinaban la hizo
Otto Morales Benitez al renunciar a seguir presidiendo la Comisión de Paz: "Existen en el país fuerzas solapadas y
enemigas del proceso de pacificación que
ha defendido con energía el Presidente(...) Hay en el país sectores derechistas
interesados en que fracasen todos éstos esfuerzos y esto debe saberlo la nación
entera"[i]
El
propósito de eliminar la violencia como recurso, tanto del Estado para
gobernar, como de la sociedad civil para reclamar fué el más importante de los
proyectos de la administración Betancur.
Unos concluyen que su fracaso se debió a que el presidente nunca convocó
a la movilización de la mayoritaria franja de opinión que simpatizaba con su
proyecto; otros hacen énfasis en la crisis fiscal y cambiaria que afectó al
país desde mediados de 1984 y recortó el presupuesto de la paz incidiendo en su fracaso; otros resaltan el
papel del ejército como enemigo de la paz que se dedicó a hostigar y a sabotear
el proceso; y hay quienes señalan que la
culpa es de los guerrilleros que nunca entregaron las armas.
Sin
embargo, dentro de las evaluaciones ‑aún de los propios dirigentes políticos
del bipartidismo‑ tiende a ocultarse cualquier tipo de referencia con respecto
al papel de los Partidos tradicionales frente al proceso de paz, aún cuando el
progreso de la política de paz nunca dependió del Presidente, sino de los
Partidos mayoritarios en el Congreso quienes tenían el poder para hacer
realidad las reformas políticas, económicas y sociales, ésto es, la Apertura
Democrática que siempre ha sido el fundamento de la paz.
A
continuación se hará un breve balance de
la conducta política de tales Partidos frente a la Política de Paz de la
administración Betancur para clarificar las raíces de la discusión política
acerca del problema de la violencia y la paz a lo largo de la administración
del Presidente Virgilio Barco.
Comenzaremos por hacer una descripción del contenido de la estrategia
del Gobierno y seguidamente demostraremos la hipótesis fundamental de éste
capítulo: La responsabilidad del
fracaso de la estrategia de paz del Presidente Belisario Betancur no se debe a
él como tal, sino a los Partidos tradicionales que fueron incapaces de asumir
el liderazgo que el momento les exigía para hacer realidad la Apertura
Democrática.
3.2 PAZ, ELITES POLITICAS E INESTABILIDAD SOCIAL
Al
asumir la Presidencia de la República Julio César Turbay Ayala expresaba:
Convoco
a todos mis compatriotas para que me acompañen en una saludable empresa, que
rebasa la simple acción del Estado y requiere la colaboración resuelta de todos los sectores nacionales y
la gran movilización social contra un enemigo (se refiere al Comunismo) que
diariamente se hace más peligroso, si no se le combate con todas las
herramientas posibles. No se trata de
una simple política represiva, sino de un conjunto de medidas que van desde las de naturaleza
económica y social, pasando por las reformas a los códigos, mejorando la
dotación policial, perfeccionando los servicios de inteligencia,utilizando la
defensa civil, a la más enérgica actitud de las autoridades y el concurso
resuelto de la ciudadanía que hasta ahora ha sido esquiva[ii]
Cuatro
años más tarde, al tomar posesión Belisario Betancur señalaba:
Levanto una bandera blanca de paz para
ofrecerla a todos mis compatriotas,
tiendo mi mano a los alzados en armas para que se incorporen al ejercicio pleno de sus derechos, en el amplio
marco que tomen las cámaras. Les declaro
la paz a mis conciudadanos sin distinción alguna: a esa tarea prioritaria me
consagro porque necesitamos esa paz colombiana para cuidarla cómo se cuida
el arbol que convocará bajo sus gajos abiertos
a toda la familia nacional.[iii]
Tanto
la "saludable empresa" de Turbay Ayala, como la "paz
colombiana" de Betancur Cuartas eran, cada una en su momento, una
necesidad de las élites políticas del bipartidismo para consolidar la hegemonía
del poder.
La
"saludable empresa" para debilitar el avance progresivo de la
protesta social en las áreas urbanas y rurales culminaría en cientos de
detenciones arbitrarias, torturas , asesinatos, desapariciones y en general las
más variadas formas de violación sistemática de los Derechos Humanos. La institucionalización de la represión a
través de la Doctrina de la Seguridad Nacional estimularía el surgimiento de
focos insurgentes, los cuales se localizarían en los grandes centros
urbanos. La toma de la Embajada de República
Dominicana por un comando urbano del M‑19, es una de tantas muestras de la
intensidad con que se desarrolló el conflicto armado en el país.
La
"paz colombiana" de Betancur sería la estrategia del bipartidismo
para restituir la credibilidad y legitimidad del Estado perdida durante el
Gobierno anterior. "Es un riesgo
muy
grande en el que había que incurrir. Yo
diría que era inescapable", señala el dirigente Liberal Alfonso López
Michelsen.
La
propuesta tenía como objetivo reconquistar una amplia franja de la opinión
pública parcializada a favor de la guerrilla, tal y como lo confesó el propio
Presidente al finalizar su mandato:
Asegurar la plena legitimidad del
Estado, y la vigencia estratégica de la Constitución, como democracia en orden
y en libertad, eran asuntos que no
podrían afianzarse sobre los procedimientos exclusivos e indiscriminados
del uso de la fuerza del Estado.Era preciso, como ya se había intentado, y cómo
debería intentarse con mayor vigor,
apelar a soluciones políticas y sociales, y perseverar en ellas. Allí donde
fueran posibles, no sólo porque de ser exitosas, en algunos casos,
significarían una enorme transformación objetiva y moral de la nación,sino
también porque su sólo sensayo despojaría de todo ilusionismo, y de toda
aureola de heroismo o de falso sentido justiciero, a aquellos que persistieran
en sus propósitos de violencia.[iv]
La
estrategia de paz de Betancur representaba un sentir nacional. Esa era la vía y la estrategia correcta del
conservatismo para conquistar el poder; era necesario abandonar la ideología
de la Seguridad Nacional como recurso de gobierno; esa era la condición
necesaria para llegar a la Presidencia.
Betancur la supo interpretar, convirtió la paz en el centro de su
campaña electoral ganandose con ello el favor de las mayorías electorales.
Posesionado
cómo Presidente, Betancur iniciaría una de las más audaces estrategias de paz
que conozca la historia colombiana. Por
primera vez se le daba tratamiento político a la guerrilla; los polos en
conflicto se sentaban en la mesa de las nesgociaciones: La violencia daba paso a la política como
forma de solución de los antagonismos y contradicciones.
3.3 EL CONFLICTO ARMADO Y LA POLITICA DE PAZ
La
paz fué la parte esencial de la campaña electoral de Belisario Betancur; esa
palabra siempre estuvo presente en sus discursos y el día de su posesión como
Presidente explicó cual era según su punto de vista el significado de ella:
Así podremos lograr la paz que todos anhelamos, centro de
mi campaña nacional y meta de nuestro desuelo;
una paz sin retaliaciones ni vindictas; una paz que incorpore a todos
los colombianos en la actividad ciudadana y les dé la posibilidad de realizarse
económica y socialmente y de participar en la vida democrática;una paz que
garantice el pleno ejercicio de los derechos y al mismo tiempo demande el cumplimiento de las
obligaciones; una paz que sea el fundamento de la seguridad colectiva, que
permita establecer la demarcación entre la confrontación política desviada de
sus cauces normales y cualquiera de las modalidades del delito.[v]
Para
hacer realidad esa promesa, diseñó toda una estrategia que partía de concebir
los orígenes de la violencia en las deformaciones estructurales de la sociedad
colombiana. La insurgencia armada se
consideraba como un efecto de las deficiencias del Estado y de la impotencia de
la población para participar de las decisiones que determinan su propio futuro.
3.3.1
La Estrategia de Paz y sus componentes
La
política de Paz para el gobierno de Betancur, debería ser integral y coherente;
integral en cuanto enfrenta los diversos factores internos y externos que han
venido engendrando la violencia en el país:
La
frustración de comunidades inmersas en un contexto de rápidas transformaciones
pero impotentes para participar en las decisiones que determinan su propio
destino y para hacer oir su voz en las instancias constitucionales establecidas
para el efecto; la frecuente incapacidad del Estado y sus instituciones para adaptarse a tales
transformaciones y apoyar los esfuerzos de desarrollo de tales comunidades; la utilización de la violencia
armada como estrategia infructuosa y esterilizante para conseguir cambios en
ocasiones plenamente justificados: El
conflicto político o ideológico, en fín, es entre los grandes centros de
poder a escala mundial que pretende capitalizar el descontento y, en
ocasiones, favorecer su expresión por medios violentos.[vi]
Coherente,
por cuanto "resulta de un análisis objetivo de las delicadas situaciones
de orden público que ha vivido el país durante las últimas décadas y de las
soluciones propuestas para resolverlos".[vii]
Ese
análisis permitía, según el Gobierno de Betancur, no sólo identificar con
claridad los factores de perturbación sino estructurar cuidadosamente los
frentes que debían abarcarse para atacarlos:
Reformas Políticas e institucionales presentadas al Congreso de la
República; Reformas Sociales y Económicas
que se discuten en ese ambicioso foro que era el gran Diálogo Nacional;
diálogo con las guerrillas para lograr su reintegración a la vida ciudadana;
Plan Nacional de Rehabilitación para transformar los escenarios de la violencia
en campo fértil para la solidaridad y el desarrollo; seguridad ciudadana para
enfrentar las acciones delictivas y garantizar justicia pronta e imparcial; y,
por último, mediación en el conflicto centroaméricano para "extender los
beneficios de la concordia" a los estados vecinos y evitar, de paso
"que el incendio de una lucha armada generalizada en la región se trasmita
a Colombia y, aún, a otros países latinoaméricanos". El siguiente esquema resume la Política de
Paz (Vease página siguiente).[viii]
Para
el Gobierno de Betancur, sólo una política de paz integral y coherente cómo
ésta, traería la paz a Colombia.El Estado ya no sería el verdugo que se dedica
a perseguir comunistas, sino el pacificador que asume el reto de combatir las
causas objetivas y subjetivas de la violencia;
"...El Pacto de Paz es así, un Pacto para el pleno desarrollo de
la democracia y la constitucionalidad".[ix]
El
Primer compromiso del Gobierno ‑según palabras del propio Presidente‑ sería
aproximar las condiciones de la Paz, mediante el diálogo y un control razonado
y graduado de la fuerza:
sea
esta, o no, una guerra no declarada, sobre lo cual existen opiniones
diversas,debe reconocerse, como lo han hecho los clásicos tratadistas del
asunto que el conflicto se libra y se
decide, antes en el terreno moral y político, que en el militar. Nada
legitima,o hace perder credibilidad, como el empleo calculado,civilizado y
sujeto al derecho de la fuerza, o en sentido contrario, su ejercicio de
justificación ética o legal".[x]
Sin
embargo, el sólo diálogo dificilmente podría arraigar en modo duradero, sino
era complementada con una labor persistente y decidida tendiente a superar las
condiciones subjetivas y objetivas de la violencia. Aquí ‑según el Presidente‑, se trabajó en dos
frentes complementarios:
1. Apertura Democrática: "...diseñada para dar más amplitud y
profundidad a la participación ciudadana, para modernizar los Partidos, sus
ideologías y sus formas de competencia; y, en fín, para mejorar la separación y
el control recíproco de los poderes; y, en fín, para mejorar la separación y el
control recíproco de los poderes públicos, y sujetarlos a la fiscalía
ciudadana"
2. Reforma del Estado: "...De modo que se devuelva la
certidumbre sobre su eficiencia como promotor del desarrollo económico y
social. A esto hacen referencia,la
modernización de una planeación participativa y de los esquemas de concertación
de la política económica y social;la consolidación económica; la autonomía
regional y la elevación del municipio, y el ordenamiento del cambio
social".[xi]
3.3.2 EL PLAN NACIONAL DE REHABILITACION Y LA
POLITICA DE PAZ
‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑
Componentes de la Instrumentos Responsabilidad
Política de
Paz estratégicos en decisión o a‑
plicación
‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑
Reformas políticas, ‑Gran Diálogo ‑Congreso de la
económicas y socia‑ Nacional República
les ‑Entidades na‑ ‑Otras instan
cionales cias consti
tucionales
y legales
Transformación de -PNR -Entidades na
los escenarios de
cionales,de
la violencia. partamentales
y
locales.
Reincorporación -Diálogo con -Congreso
de los alzados en la guerrilla
armas a la vida civil a travéz de la -presiden.
Comisión de Paz. -Rama judic.
Seguridad ciudadana -Protección del -Rama ejecutiva
y lucha contra el orden público -R.judicial
delito. -Fuerzas A.
Apaciguamiento de -Grupo contadora -presidencia
las tensiones inter
nacionales en la
región.
‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑‑
Tomado de: EL
PLAN SOCIAL POR LA PAZ. Una estratégia
de participación
comunitaria. Ob. Cit. P.11
A) EL
PLAN NACIONAL DE REHABILITACION:
OBJETIVOS
Y REGIONES
Uno
de los elementos más importantes al cual se destacarían la mayor parte de los
recursos sería el Plan Nacional de
Rehabilitación (PNR). Este
buscaría erradicar de las re‑ giones
afectadas por el conflicto armado, los factores que hacen que de ellas un medio
propicio para la propagación de la violencia:
Indudablemente
la paz no está en las acciones promotoras del desarrollo, por importantes que
sean;ella reside en la población y sólo ésta puede generarla. Por tal razón, la
estrategia del presente plan se basa en la necesidad de lograr que la comunidad
tome conciencia de que es posible ejercer su derecho a la paz y,
correlativamente, de que tiene el
imperioso deber de resolver pacíficamente los conflictos ineludibles en la vida
social. Ahora bién,el ejercicio de ese derecho sólo puede hacerse realidad sobre el soporte de unas condiciones
económicas, sociales y materiales que corresponde al Estado proveer y que el
presente Plan hace explícitas, a nivel de las prioridades
más urgentes para las diferentes regiones incluídas en él".[xii]
El
PNR, tendiente a transformar los escenarios de la volencia, fue sin lugar a
dudas el programa piloto del Gobierno en materia de paz.
Paralelo
a la iniciación de una política de diálogo y tre‑ gua con el movimiento
guerrillero, y mientras avanzaban las bases para la reforma política, el
Gobierno destinó recursos y personal humano hacia las zonas afectadas por
la violencia: "El desarrollo es el
nuevo nombre de la Paz"; fue la Filosofía con que llegó a las comunidades
con la promesa de mejorar sus condiciones de vida; ese plan debería pasar
segun lo señalado por el Gobierno, por tres fases:
FASE
I (1983‑1985): Acciones de apoyo a la
creación de condiciones para la Paz
FASE
II (1986‑1988): Obtención de la Paz
FASE
III (1988‑ ): Consolidación de la Paz
Para
ello el Gobierno destinaría recursos especiales del presupuesto a la vez que se
apoyaría en los recursos de otras entidades oficiales nacionales y regionales,
así como del sector privado. Las inversiones se harían para fortalecer la
Participación comunitaria, la Salud y la Nutrición,la Justicia,la Educación, la
Vivienda,Transportes y Producción.
Era
el primer gran intento por transformar las condiciones sociales que
generan el enfrentamiento armado en el país. El esquema sería la guía
general que se aplicaría en cada una de las zonas de confrontación.
Para
la aplicación práctica del plan, el gobierno de Betancur hizo un completo
estudio de la distribución espacial del conflicto armado, partiendo de
reconocer la existencia de objetivos específicos que incitan a la
violencia en cada región y distinguiéndolas de las causas globales de confrontación: "...Sólo un conocimiento de los factores
que han
hecho de las referidas regiones escenarios propicios para
la violencia, permitirá identificar convenientemente las acciones que
podrán atacar tales factores en cada regiòn"[xiii].
Según
el Gobierno, el PNR abarcaría más de tres millones de habitantes, cerca del 13%
de la población nacional, y se extendería sobre unos 206.000 Kilómetros
cuadrados, o sea alrededor del 25% de la superficie del país y más
específicamente en las zonas de influencia del movimiento guerrillero.
Para
efectos administrativos,la aplicación del Plan fue dividida regionalmente. Tendrían prioridad aquellas regiones en las
cuales existieran focos de conflicto armado. Esas regiones, catorce en total,
fueron: Alto Magdalena, Alto Sinú, San
Jorge, Alto Saldaña, Arauca, Ariari‑Guayabero, Bajo Cauca, Caquetá, Putumayo,
Bota caucana, Cauca centro‑occidente, Cauca norte, Cesar, Magdalena Medio, Río
Minero, Sumapaz y Urabá (Ver mapa 1).
Cada
una de éstas regones concuerda con aquellas áreas donde operan frentes
guerrilleros; eran, según el plan,las
áreas más abandonadas del país, donde la presencia del Estado era superflua.
B) Amnistía,Comisiones de Paz y Acuerdos de la
Uribe: Los otros instrumentos
Meses
después de posesionado el Presidente Betancur tanto él como su gabinete empezarían a
desarrollar las activida des tendientes
a hacer realidad su proyecto.
Hasta
el 28 de Mayo de l984, fecha en la cual se firman los Acuerdos de La Uribe con
las Farc, el Presidente Betancur había
desplegado todos sus esfuerzos hacia la consolidación del díalogo con todos los
movimientos guerrilleros; había puesto
empeño y recursos en el Plan Nacional de Rehabilitación y había dado un vuelco
radical a la política internacional, con la ayuda de un gabinete homogéneo en
la necesidad de conseguir la paz, a excepción del ministro de defensa
Fernando Landazabal Reyes quien asumió una actitud crítica y deliberante
frente a la propuesta.
Lo
primero que hizo el Gobierno fué crear, a través del decreto 2771 de 1982, la
Comisión de Paz que se encargaría de iniciar los contactos con los movimientos
guerrilleros tendientes a impulsar el diálogo, la tregua y la cesación de hostilidades como mecanismos de reincorporación
de la guerrilla a la vida civil. Ya
durante el gobierno de Turbay Ayala se
había creado una comisión de paz producto de la iniciativa del expresidente
Carlos Lleras Restrepo, pero con unas características demasiado estrechas. Esta nueva
Comisión de Paz era ampliamente pluralista: De ella hacían parte los más diversos
sectores políticos.
Lo
segundo, sería la presentación ante el Congreso dela República de un proyecto
de Amnistía General a la guerrilla, presentado como sustitutivo al proyecto de
ley núme ro 13 de 1982. Luego de un álgido debate con diversos
proyectos, el Congreso aprobó el 19 de Noviembre la Ley 35 de 1982 que
decretaba la Amnistía General sin condiciones.
A
lo largo de l983 se notaría un viraje total de la política internacional que
rompería el eje Washington‑Bogotá creado por el gobierno anterior. La primera
manifestación de lo que sería la política internacional fué el discurso presidencial del tres de diciembre de 1982
con la ocasión de la visita del
presidente Reagan a Colombia, donde censuraba la posición de Estados Unidos
frente al problema de las islas malvinas y le prometía a su colega norteamérica‑
no la no alineación en materia de política internacional.
En
Enero de 1983, el Gobierno de Betancur impulsa una reu‑ nión en la isla
panameña de Contadora con los
cancilleres de Panamá,México y Venezuela. Allí le dan vida al grupo de Contadora que iniciaría una importante
actividad de pacificación en Centroamérica.
En Octubre de 1983, éste grupo haría público el Documento de objetivos
para la distensión y la paz en Centroamérica.
El primero de ellos sería "Promover la distención y poner término a
las situaciones de conflicto en el área, absteniéndose de realizar toda acción
que ponga en peligro la confianza política o que tienda a obstaculizar el
objetivo de lograr la paz, la seguridad y la estabilidad en la región".[xiv]
El
debate sobre la Apertura Democrática se inició desde septiembre de 1982 siendo
ministro de Gobierno Rodrigo Escobar Navia quén convocó a una cumbre política
multipartidista para discutir el marco de la propuesta de 10 puntos tendientes
a transformar el Estado, los Partidos, la Administración nacional y seccional.
Esta propuesta se concretó en distintos proyectos de Ley que presentó el
Gobierno al Congreso de la República en la legislatura ordinaria de 1983. Los diez puntos fueron:
1. Legalización o institucionalización de las
distintas
fuerzas políticas.
2. Robustecimiento o institucionalización de la
Registraduría.
3. Financiación de las campañas electorales por
el Estado y control eficaz no sólo estatal, sino social, de las fuentes
financieras y los usos de los ingresos de los
diferentes sectores que concurren a los diversos procesos electorales.
4.
Adopción de una carrera administrativa adecuada a las características y las
necesidades del país.
5.
Definición y establecimiento de un estatuto claro y completo de los derechos,
los métodos, las obligaciones y las
responsabilidades que tendría la oposición al Estado.
6.
La elaboración del Derecho a la información.
7.
La vigilancia de los deberes y las responsabilidades del Estado y la administración pública y la
tutela de los derechos de las comunidades y del ciudadano.
8.
La Modernización y el fortalecimiento de las autoridades los instrumentos que
tienen bajo su cuidado.
9. La descentralización administrativa, el
fortalecimiento de las administraciones departamentales y el robustecimiento de
las comunidades y los gobiernos locales,Elección Popular de Alcaldes al menos
en los grandes centros urbanos.
10.
El desarrollo de las normas y principio de la Constitución. Revitalización y enriquecimiento del orden
jurídico, político y social, definición social de la propiedad tanto urbana
como rural, creación del derecho urbano y de las bases del Gobierno de las grandes
ciudades en marcha; la promulgación de los nuevos derechos del mar, del
espacio, de nuestra riqueza minera y energética.
A
lo largo de 1983, el Gobierno profundizó los contactos con los movimientos guerrilleros para poner
en marcha el tercer componente de su
Política de Paz. El treinta de enero en el municipio de Colombia,
Departamento del Huila, La Comisión de
Paz se reunió con el Estado Mayor de las
Farc y ambos expidieron un comunicado conjunto en el que se resaltaba el
papel progresista de la Ley de Amnistía, y en el que convenían realizar nuevas
reuniones conjuntas,
Para
ayudar a consolidar los programas de Paz y estimular las propuestas de cambio
social y económico. Además aspiramos a
que en ellas participen otros representantes del Gobierno, que, en el menor
tiempo sea posible que estén presentes los altos mandos militares con los
antiguos combatientes para que ya nadie dude en Colombia de la armonía creadora
que debe preocupar a todos los hijos de ésta tierra nuestra que ha sufrido
tantos desarraigos.[xv]
En
Octubre de 1983, el Presidente Betancur se entrevistaría personalmente con los máximos dirigentes del M‑19, Iván
Marino Ospina y Alvaro Fallad en Madrid.
El cénit de las conversaciones de Paz sería el 28 de Mayo y el 30 de
Agosto de l984 con la firma de los acuerdos de La Uribe, El Hobo y
Medellín. Aquí culminaría la primera
etapa del proceso de Paz, con lo cual se iniciaría una segunda en la que la
discusión en torno a la Apertura Democrática sería el centro del debate
nacional.
3.4 Tregua y Estabilidad Bipartidista
El
Plan de Paz de Belisario Betancur ha sido el más importante proyecto de solución al conflicto armado que
conozca la historia contemporánea colombiana.
Con
él se trató de excluir la violencia de las contiendas; Se trataba de limitar el
combate de los adversarios políticos enfrentados militarmente y generar las
condiciones de la integración de los
polos opuestos hacia formas de lucha política más civilizadas. Era una forma política de enfrentar un
problema político: "...La política
tiende a remplazar los puños, los
cuchillos, las lanzas, los fusiles, por otras armas de lucha (...) los
procedimientos democráticos son, de esta manera, medios de expresión de las
luchas políticas más moderadas, más suaves y menos brutales que la violencia
física".[xvi]
La
decisión de un sector de la Burguesía Nacional de enfrentar políticamente el
problema de la guerrilla se debía a la
imposibilidad del bipartidismo de derrotarla por la vía militar.
La estrategia de la integración de la guerrilla al sistema democrático‑burgués
era así mismo una forma de garantizar la estabilidad en el tiempo del régimen
bi‑ partidista que amenazaba con
transformarse en un régimen autoritario
ante el progresivo desbordamiento del conflicto armado frente a la capacidad de
control social del Estado;
Cuatro
años después de haber iniciado el proceso de paz, ha desaparecido entre
nosotros el riesgo del enfrentamiento total, o de la aplicación de fórmulas que
le abran un paréntesis a las instituciones democráticas, con su sistema de
libertades públicas, derechos humanos y garantías sociales. El conflicto se
desaceleró y la democracia mostró que era capaz de hacer le frente a la
subversión. En otros términos, se desactivó la peligrosa bomba de tiempo que
amenazaba la estabilidad del régimen.[xvii]
La
mayor responsabilidad del fracaso de la política de paz de Belisario Betancur
la tienen los Partidos tradicionales.Desde la simple exigencia de entrega de
armas sin ningún tipo de garantías hasta la oposición radical a la tregua y
cualquier tipo de reformismo. Jaime
Castro no comparte éste punto de vista;
...Si
bien el Partido (Liberal) no se declaró en ningún momento solidario
políticamente con el proceso, por no haber sido oportuna y oficialmente
consultado e informado sobre su naturaleza y alcance, tampoco lo obstaculizó,
como hubiera podido hacerlo, negando con sus mayorías en las cámaras los
proyectos de ley que constituían pieza maestra del mismo, como fueron los de Indulto y
Amnistía.Por el contrario, colaboró en los debates respectivos, mejoró el
articulado y los votó favorablemente, aunque a manera de constancias presentó
reservas sobre algunos de sus alcances. Lo mismo puede decirse en relación con
las iniciativas sobre reforma política, como señaló,son también capítulo importante del proceso de paz.
Y concluye:
El
Liberalismo no obstaculizó la tarea del Gobierno `poniendoles palos en las
ruedas a la ejecución de los compromisos con la nación' tampoco podía hacerlo
porque la política de paz que se adelantó no es contraria a los programas
liberales, como lo demuestra el hecho de que en otras épocas haya emprendido
tareas inspiradas en la misma filosofía y principios, y que haya convertido el
tema de la paz que se adelantó no es contraria a los programas liberales, como
lo demuestra el hecho de que en otras épocas haya emprendido tareas inspiradas
en la misma filosofía y principios, y que haya convertido el tema de la paz y
la solución política para el alzamiento guerrillero, en el prioritaria de su
campaña presidencial.[xviii]
A continuación
demostraremos lo alejada que se encuentra la
reflexión del exministro
de la realidad.
A)
LA CRISIS DE LA POLITICA DE PAZ Y LA
CONTINUIDAD DE LA VIOLENCIA
POLITICA
3.1.4.1 Los Partidos: un compromiso sin voluntad de
cambio
La
audiencia generada por la firma de los acuerdos de La Uribe tanto a nivel nacional como
internacional obligaba a todos los colombianos a pronunciarse a favor de la
Paz. El 28 de Mayo "Día de la
Paz", todos dijeron apoyar el diálogo. Este era evidentemente uno de los
hechos políticos más significativos de la Historia Latinoaméricana
contemporánea, y quién se pronunciara en su contra sería señalado como
"enemigo de la Paz". Quienes
estaban en contra de los acuerdos deberían fingir mientras llegaba la oportunidad
de hacer público su verdadero sentir.
Uno
de los comunicados más significativos del día, fué el expedido por el conjunto
de los Partidos Políticos del país titulado "El día de la Paz":
Los
suscritos representantes de las distintas fuerzas políticas del país,
convencidos de la importancia historica del próximo 28 de Mayo, día en el cual
comenzará la tregua acordada por el gobierno y los más importantes movimientos
alzados en armas, proponemos ratificar la trascendencia de éste hecho con la
celebración del día de la paz por parte de todos los estamentos y
organizaciones de la nación.[xix]
Con
éste documento la política de Paz del Gobierno, al menos en el discurso
simbólico de los comunicados, recibió el visto bueno de los partidos.
Dos
años despues, ya culminado el periódo presidencial de la administración
Betancur, el proceso de paz atravesaba por un total deterioro. El M‑19 habia roto la tregua el 21 de junio des 1985. Posteriormente el EPL regresó a la guerra ante el asesinato de Oscar William
Calvo, la tregua con las FARC, aunque se había prorogado en términos
indefinidos desde el primero de abril de 1985, en la práctica ya se había roto
puesto que los combates de los frentes con las brigadas militares hacían parte
de la actividad cotidiana. La doble toma del Palacio de Justicia fué quizá la
más clara muestra de hasta dónde había
descendido el proceso de paz.
B. Apertura Democrática: El fundamento de la Paz
Aún
antes de firmados los acuerdos de paz se insistió en la necesidad de la Apertura Democrática, a través de la
aprobación por el Congreso de las Reformas Económicas, Políticas y Sociales
como medio esencial para conseguir la Paz.
Ese
era el primer componente de la Política de Paz del Gobierno, tal y como lo
explicamos en páginas anteriores.
Los propios dirigentes
guerrilleros insistieron es que se transformarían en movimientos políticos
legales si se modicaban las condiciones que generan la lucha armada, a través
de un conjunto de reformas al régimen político y al sistema económico.[xx]
En
general, los acuerdos con los grupos guerrilleros por su contenido se podrían
caracterizar como proyectos reformistas.
Por ejemplo, el punto octavo de los Acuerdos de La Uribe, expresa: La
Comisión de Paz da fé de que el gobierno tiene una amplia voluntad de:
a.
Promover la modernización de las instituciones políticas, dirigida a enriquecer
la vida democrática de la nación e insistir ante las cámaras en la pronta
tramitación de los proyectos sobre reforma política, garantías a la oposición,
elección po‑ pular de alcaldes,
reforma electoral, acceso adecuado de las fuerzas políticas a los medios de in‑ formación, control político de la actividad
estatal, eficacia de la administración de justicia, impulso al proceso de
mejoramiento de la administración pública y nuevas iniciativas encaminadas a
fortalecer las funciones constitucionales del Estado y a procurar la constante
elevación de la moral pública.
b.Impulsar
vigorosamente la aplicación de una política de Reforma Agraria.
c.Robustecer
y facilitar la organización comunal, de usuarios campesinos y de indígenas, las
asociaciones cooperativas y sindicales en favor de todos los trabajadores
urbanos y rurales, así como sus organizaciones políticas.
d.Hacer
constantes esfuerzos por el incremento de la educación a todos los niveles, así
como de la salud, la vivienda y el empleo.[xxi]
De
igual manera, los acuerdos con el EPL y el M‑19 señalan en algunos de sus
apartes:
La
Comisión de negociación y Diálogo tiene la certeza de que el Gobierno buscará
lograr, con el concurso de los Partidos Políticos y el Congreso la participación ciudadana, un amplio acuerdo
que permita modernizar y fortalecer la vida democrática del país. Como parte
esencial del presente acuerdo, se convocará a un GRAN DIALOGO NACIONAL en el
que participen, con plena representatividad, las distintas fuerzas del país. Ese gran debate político tendrá por temas
centrales: la discusión y desarrollo democrático de las reformas políticas,
económicas y sociales que requiere y demande el país en los campo
institucional, agrario,laboral, y urbano, de justicia, educación, universidad,
salud, servicios públicos y régimen de desarrollo económico.[xxii]
La
necesidad de la Apertura Democrática fué reivindicada por el 13 Congreso del
Partido Comunista Colombiano.
Posteriormente el 14 congreso recalcó la necesidad de las reformas como
condición para una Democracia Avanzada con Paz y Justicia social para todos los
colombianos. La declaración final del IV
Foro Nacional de Derechos Humanos concluyó:
"Este proceso defícil de la paz no podrá consolidarse si no se
acometen las Reformas estructurales, políticas,económicas y sociales que el
país necesita y que las mismas causa de la violencia en Colombia exigen".
La
declaración final del V Foro reunido el 25 de Abril de 1987, recalcaba que;
...se
necesitan cambios fundamentales en el régimen económico y social. Las instituciones repúblicanas desde hace
varios lustros adolecen de una reconocida inadecuación de las transformaciones
de la Economía que ha registrado progreso cuantitativo sin beneficio social
generalizado, dentro de los parámetros de un sistema distributivo del
rendimiento general del trabajo nacional.[xxiii]
C. El Desarme:
¿Camino hacia la Paz?
La
evasión de la responsabilidad de los Partidos con res‑ pecto a la creación de condiciones para la
integración de los grupos sociales alzados en armas a la lucha política legal a
través de las reformas económicas, políticas y sociales se puede apreciar en la
percepción de las facciones más importantes y con mayor poder parlamentario de
lo que era la esencia de la paz: La Apertura Democrática.
Para
algunos dirigentes el centro de la Violencia y la Paz en nuestro país no es la
Apertura Democrática, sino las armas de los guerrilleros.En su momento, el
expresidente Carlos Lleras expresó:
...Quienes
se acogieron a la amnistía y quedaron cobijados con perdón y olvido no
entregaron una sola arma, prefirieron seguir cometiendo el delíto continuado de
mantenerlas en su poder o, posiblemente, las entregaron a quienes siguieron
activamente en la lucha(...) la conducta de quienes así siguieron actuando
contrasta con la observada por la mayor parte de las guerrillas liberales
cuando tomó el poder el general Rojas Pinilla.
Recuerdo muy bién las fotografías que mostraron a los guerrilleros del
Llano desfilando ante los oficiales del ejército,después de depositar sus
fusiles.[xxiv]
Y
a través de la gran prensa bipartidista
se difundió esta idea, lo que implicaba considerar la rendición de los
guerrilleros como el camino hacia la finalización del conflicto armado: "...lo que no es razonable es que puedan
existir grupos subversivos que al aceptar un convenio de Paz, y, teniendo en
cuenta la buena fé de las partes, pretenda
guardarse las armas y tal vez seguir importando material bélico en una
tarea que es potestativa y exclusiva de las fuerzas Armadas".[xxv]
La oposición a cualquier tipo de Apertura
política y la rendición de los guerrilleros como determinante de la paz dificultó los esfuerzos del gobierno y de los
sectores progresistas de cumplir con el componente fundamental de su Política
de Paz.
Quienes
así concebían la política de paz que era sin lugar a dudas una amplia franja
mayoritaria en el Congreso, depositaron siempre la balota en contra de
cualquier propuesta de cambio. Esa era la línea política y ella terminó por
llevar al desastre el proceso de paz.
D. Partidos y Elección Popular de Alcaldes
No
cabe duda sobre el compromiso del Liberalismo con el propósito de paz, como
condición esencial para la solución democrática de los grandes problemas
nacionales. El Partido ha estado presente en la aprobación de los principales
proyectos de ley encaminados a procurar la recuperación de la normalidad
ciudadana, desde la Amnistía y el indulto hasta
las iniciativas destinadas a la modernización del sistema político colombiano,
como los referentes a la institucionalización de los Partidos y la Elección
Popular de Alcaldes.[xxvi]
Cualquier
observador desprevenido que lea el anterior párrafo quedaría con la idea fija
en la mente de que la vanguardia en la lucha por la paz en Colombia es el Partido Liberal.
La presencia en la aprobación de leyes como la Elección Popular de
Alcaldes tanto de éste Partido como del Conservador es censurable y discutible
en la medida en que éstos, tal y como lo demuestran los hechos, asumieron una
conducta política ampliamente antireformista.
Esa actitud que colocó hasta el último momento el más importante de los
proyectos de descentralización al borde
del descalabro, es en la práctica una prueba del pobre compromiso de los
Partidos con los propósitos de pacificación.
El
periódico El Tiempo del día 21 de Noviembre de 1984 en encabezado titulado "Incierta anoche la
elección de alcaldes" recuerda lo que era el medioambiente político el día
de la discusión del proyecto en el Congreso:
Una fuerte oposición de Conservadores y Liberales en la Cámara de
Representantes tenía al borde del fracaso la elección de alcaldes,
pese a los esfuerzos del gobierno por salvar el proyecto. Entre tanto tres de los precandidatos del Liberalismo,
Augusto Espinoza Valderrama, Otto Morales Benitez y Victor Mosquera Chaux, se
pronunciaron contra la iniciativa, durante la reunión de tres horas y tres
cuartos que sostuvieron con la comisión política central del Partido. La
oposición a la iniciativa fué encabezada por más de 50 representantes
conservadores, a quienes se unieron por lo menos unos 40 liberales que
cuestionaron duramente la elección.
Otros
titulares de prensa, nos dan argumentos para juzgar el papel de los Partidos en
éste proyecto: "La elección de
Alcaldes se define el martes en la cámara."Rebelión" de los
Conservadores;nadie quiere aprobar el proyecto".
En
realidad la discusión con respecto a la aprobación o no de la Elección Popular
de Alcaldes, dividió a los Partidos. El proyecto enfrentó inclusive al
presidente con sus copartidarios quién advirtió a los congresistas del Partido
Conservador "que si fracasa la elección de alcaldes sería un descalabro para el Partido Conservador y
no para el jefe del Estado".[xxvii]
Paralelamente
a la álgida oposición por parte de fracciones de los Partidos en las cámaras,
la discusión en torno a la Elección Popular de Alcaldes llegó a todos los sectores sociales del
país. Uno de los primeros en
pronunciarse contra el proyecto fue el expresidente liberal Carlos Lleras
Restrepo, quién advirtió: Combinemos la Elección Popular de Alcaldes con la
institución del "cabildo abierto" y tendremos sentadas las bases
para una permanente alteración del orden.[xxviii] El concebir la Elección de Alcaldes através
del voto popular como una concesión a la guerrilla, no fué sólo un mecanismo de
justificación de su desacuerdo por dirigentes políticos de ambos Partidos, sino
también por algunos periódicos conservadores:
"una elección de alcaldes bajo la presión armada de la guerrilla y
el narcotráfico, es democrática ni saludable para la nación".[xxix]
El
columnista D'Artagnan en El Tiempo, ayudaba a crear el medio ambiente de
oposición dias antes del debate en la Cámara:
...en
éstos momentos, sería más que insensato absurdo aprobar algo que evidentemente
facilitaría a los grupos armados (...) tomarse las alcaldías por medios legítimos,
aunque sin renunciar a sus armas, en forma muy ventajosa frente a sus
adversarios, que serían los candidatos desarmados de los Partidos
tradicionales.Y concluía afirmando que la Elección Popular de Alcaldes era
"la legitimación de la subversión a través del sufragio universal".[xxx]
Otros,
como Oscar López Pulecio afirmaban:
"La elección de alcaldes es ante todo la concesión total del mundo
político tradicional, la apertura de las esclusas que contenían el
clientelismo, la politización hasta lo imposible de la administración
municipal, la apoteósis de la clase política, que nos quieren vender como un
triunfo de la democracia y la
participación ciudadana".[xxxi]
La
atomización partidista con respecto a la aprobación o no del proyecto de la
Elección Popular de Alcaldes, demostraba la falta de unidad de criterio en el
interior de los partidos y de éstos con el ejecutivo acerca de los caminos más
viables para conseguir la paz.
Esa
falta de unidad, detrás de la cual se ocultaban intereses de clase, unida a una
actividad sistemática y planificada desde otros sectores sociales contra la
política de paz del Presidente Betancur, daría al traste con cualquier
posibilidad de integración política. La
crisis paulatina de los acuerdos con la guerrilla, el incremento de la
violación de los Derechos Humanos, el desmonte progresivo y paulatino del
proyecto de paz de Betancur generaría a lo largo de los dos primeros años de
administración Barco, un contexto de violencia nunca antes presentado en el
país.
E. Reformas e Ideología militar
Otras
fracciones políticas aún más radicales, generaron un clima de oposición a los
Acuerdos de Paz bajo el principio de que éstos eran una entrega del país al
comunismo internacional.
La
ideología de la Seguridad Nacional, en gran medida fortalecida material y
espiritualmente a lo largo del anterior gobierno, se convirtió en el mayor
obstáculo para la consolidación del diálogo y la convivencia democrática.La
política exterior independiente y deliberante frente al pentágono
norteaméricano significaba un reto para quienes
se educaron en las escuelas militares de Estados Unidos, bajo los
principios de la bipolaridad y del alineamiento natural de los países del cono
sur al bloque occidental.
Los
primeros en asumir una conducta política de oposición al Plan de Paz, fueron los militares. En los noticieros, cocteles, resaltaban el
alineamiento de las Fuerzas Arma‑ das a
los proyectos del Gobierno como un "deber constitu‑ cional", pero en las brigadas militares
anunciaban a los oficiales y soldados que la paz era un Cabayo de Troya del
comunismo para tomarse el poder.
"La
paz es guerrillera" era su consigna y de ella se apropiaron muchos
dirigentes políticos, no tanto para defenderse de la amenaza del enemigo
interno, sino para sembrar el pesimismo en un proceso que amenazaba seriamente
con golpear sus privilegios.
El
folleto "Democracia Avanzada" que circuló por todas las brigadas del
país nos sirve como referencia para consultar lo que ha sido un punto de vista
militar con respecto a los proyectos de pacificación.Los acuerdos de Paz son ‑según
éste material‑ "la columna vertebral de la nueva estrategia Marxista‑Leninista(...)
es un procedimiento similar al Cabayo de Troya.
Se trata de obtener el máximo
espacio político, que les garantice posición y reconocimiento como movimientos
políticos legales".
Los
subversivos utilizaron muy hábilmente los medios de comunicación. Basados en el
sofisma de la paz arguyeron estar dispuestos a colaborar con la pacificación
del país. Aprovecharon la ocasión para atacar las Fuerzas Armadas,enjuiciándolas
y condenandolas como los enemigos de la paz, como las causantes de la violencia
en los campos y como las responsables de la aparición de movimientos
subversivos en Colombia.[xxxii]
Según
el documento, la lucha por la Amnistía y los derechos humanos, las propuestas
de reforma política,la unidad sindical, la paz, la tregua, el diálogo nacional
son parte de la segunda etapa de la estrategia del comunismo para tomarse el
poder.
El
folleto culmina con una visión apocalíptica respecto a los acuerdos de paz: El objetivo seguirá
siendo la toma del poder. Es la estrategia del comunismo para 1985 y las
próximas elecciones. El Plan se ha estado cumpliendo y lo seguirán realizando,
si la democracia y sus dirigentes no toman conciencia del problema actuando de
inmediato. El comunismo sabe hacia dónde se dirige. Nos ha acercado al abismo
de la propia destrucción, aprovechando la indiferencia, la apatía y la
pasividad de los colombianos.
El
nuevo calificativo de "ciudadanos colombianos" dado por el presidente
Betancur a lo largo de su mandato a los alzados en armas, frente al
calificativo de "delincuentes", "bandoleros" o
"subversivos" propios del lenguaje político de los militares; el
tratamiento político de un problema que según los altos mandos militares debe
ser tratado mediante la fuerza, generó dos posiciones antagónicas de las élites
del poder. La del presidente Betancur que representaba un sector del poder
civil con una concepción diferente y coherente
de los orígenes de la violencia, y la de los militares que veían al propio Presidente como
un títere del comunismo:
Lema
Henao General(r) del ejército, censuró de manera irónica la estrategia de
Diálogo Nacional y anotó que el presidente Betancur es el que ha tenido un
mayor poder militar, por cuanto cuenta
con cuatro ejércitos bajo sus órdenes: El Ejército Nacional, al cual él
pertenece, y otros tres de los cuales el primer mandatario les dió vida
legal: el M‑19, las Farc, el EPL, `que
tienen uniformes, armas, territorios propios y cumplen una función más amplia
que la nuestra', aseguró que el gobierno está coadyuvando a fusionar tales
ejércitos `con el fín de cumplir uno de los propósitos de la guerrilla: desaparecer
el estorboso Ejército Nacional y darle vida al ejécito popular del pueblo, para
beneficio del nuevo sistema que se trata de implantar en Colombia'.[xxxiii]
Ya
desde que el presidente Betancur impulsó la Ley de Am‑ nistía, los militares empezaron a manifestar
su inconformidad. El gobierno civil se comvertía, según ellos, en un protector
de la guerrilla y con ésto en un obstáculo para
los propósitos militares de aniquilamiento: "...Cada vez que se acercaba su aniquilamiento (habla de
la guerrilla) por la acción de las
tropas, la política jugaba su papel y la administración de la violencia el
suyo, y al impulso de las dos, se alzaban como manto de protección la amnistía
y el perdón para detenerlo".[xxxiv]
La
línea política de la Seguridad Nacional de los militares que se orientó en todo
momento al desmonte de la política de paz de Betancur sería retomada por
sectores liberales y conservadores, sectores gremiales, por altos jerarcas de
la Iglesia Católica y un amplio sector de los medios de comunicación
bipartidistas para impedir la integración de la guerrilla a la lucha política
legal. El reformismo orietado a llenar los vacíos estructurales y del Estado
determinaría en forma connatural un cambio en la ideología de las Fuerzas Armadas,
una transformación de su propia forma de concebir el orígen del conflicto
armado, condición que difícilmente
estarían dispuestos a aceptar.
3.5. LA GUERRA SUCIA: UN OBSTACULO PARA EL DIALOGO
La
represión denunciada desde el Gobierno de Turbay Ayala, no desapareció durante
el gobierno de Belisario Betancur.
En
1983, la Procuraduría General de la Nación publicó un informe sobre el MAS, en
el cual sindicaba a 59 miembros de las Fuerzas Armadas de pertenecer a esta
organización paramilitar. Varios
Senadores liberales y conservadores financiaban y dirigían la creación de éste
tipo de grupos de extrema derecha. El
más reconocido, Pablo Emilio Guarín fué denunciado en varias ocasiones por los
dirigentes del Partido Comunista de ser el jefe del MAS en Puerto Boyacá, y de
convertir este municipio en un fortín nacional de sicarios que tenían la misión
des asesinar a dirigentes de izquierda.
A
lo largo de la administración Betancur se presentó un incremento progresivo de
asesinatos de dirigentes políticos de izquierda, sindicalistas, sacerdotes y
amnistiados.Las torturas, las desapariciones y las detenciones injustificadas
nunca desaparecieron del escenario político, como se podría pensar en un
gobierno que le había declarado la paz a
los colombianos.los estudios del Cinep, con respecto al desarrollo cuantitativo
de la represión y de la violación de los Derechos Humanos en Colombia muestran
una disminución a lo largo del periódo del Presidente Betancur en comparación
con el Gobierno de Turbay Ayala de los promedios mensuales de detenciones con
carácter de represión sobre movimientos populares o políticos de oposición, y
de torturas, pero un exagerado incremento de los promedios mensuales de
detenidos‑desaparecidos, asesinatos fuera de combate y de muertos en combate.
El
promedio de detenciones a lo largo de la Administración Turbay Ayala, fué de
338 por mes, mientras que durante la administración Betancur el promedio
disminuyó a 158 detenciones mensuales.
Así mismo, el promedio mensual de torturas disminuyó de 125 durante el
Gobierno de Turbay a 26.7 a lo largo de la admnistración Betancur.
Los
detenidos‑desaparecidos que a lo largo de la adminis‑
tración
Turbay Ayala se presentaron en un promedio mensual de 4.1, aumentaron a 7.5;
por último, los asesinatos fuera de combate aumentaron casi en un 600% de 10.4
mensuales a lo largo del gobierno turbayista a 61.5 durante la administración
Betancur.[xxxv]
Un
interesante resumen de la represión institucional a lo largo de la
administración Betancur, comparada con el último año del gobierno des Turbay
Ayala la encontramos en la siguiente tabla:[xxxvi]
En
realidad la violencia nunca desapareció del escenario de confrontación política
desde que se firmaron los acuerdos de La Uribe.
Esta fue un recurso permanente de sectores de las guerrillas que nunca
estuvieron de acuerdo con el dialogo y la lucha
política legal. Y también de las
Fuerzas Armadas para obstaculizar el desarrollo normal del proyecto de
pacificación con la escusa del porte ilegal de armas por parte de la guerrilla
y del derecho constitucional de las Fuerzas Armadas a la precencia en cualquier
lugar del territorio nacional.
La
masacre de Tacueyó durante el segundo semestre de 1985 y la toma del Palacio de Justicia tanto por
el M‑19 como por el ejército fueron
quizá los dos hechos más sobresalientes que les recordaban a los colombianos
que el conflicto armado proseguía y que la tan anhelada paz aún se demorará no
sabemos hasta cuando.
Según
datos militares, el número de victimas en los enfren tamientos armados a lo
largo de 1985, ascendió a 1.707: 291 militares; 726 civiles y 690 guerrilleros.
En 1986 el número de victimas fue de 1.725:
364 militares, 797 civiles y 564 guerrilleros.
En
Colombia la impunidad es la norma general que rige todo tipo de investigaciónes
acerca de asesinatos, detenciones o desapariciones. Los Partidos se han preocupado poco o nada
por crear normas legislativas en el Congreso que le den mayor operacionalidad
y eficiencia al sistema de justicia, acudiendo en muchas ocasiones a la
justicia militar para que investigue éste tipo de hechos, muchos de los cuales
son responsabilidad directa de los propios comandantes de brigada.
A
lo largo de la administración Betancur, la preocupación de los Partidos por
desmontar su política de paz fue mayor que la disminución acerca de la crisis
constante y permanente de Derechos
Humanos. La mayoría de los
parlamentarios que se han dedicado a la defensa del Derecho a la vida eran
tildados por las propias Fuerzas Armadas como "subversivos" y tenidos
en cuenta para su posterior inclusión en las listas negras; de ésta forma el
bipartidismo como sistema excluyente
corroboraba una vez más que su
legitimidad y continuidad fue y ha sido posible a través de la represión.
3.5.1 LA UNION PATRIOTICA
Uno
de los hechos más significativos de los acuerdos de paz fue el surgimiento de
la Unión Patriótica. El lanzamiento por parte de las Farc de un movimiento
político amplio, propuesta a la cual adhirieron
otras fuerzas de izquierda, parecía ser el canal más importante a través
del cual un sector del movimiento guerrillero se integraría a la vida legal.
Sin
embargo, esa posibilidad fue paulatinamente obstaculizada, en la medida en que
este movimiento empezó a ser víctima de la violencia paramilitar. Finalizado
el periódo del Presidente Betancur, las cifras eran escalofriantes: 188 miembros
asesinados, entre militantes y dirigentes(98). Un promedio mensual de doce
victimas de una violencia sis temática
y selectiva que tenía como objetivo superior impedir la consolidación de un
tercer movimiento político que compitiera
mano a mano con el bipartidismo el manejo del
país.
Un
editorial de El Tiempo advertía del peligro que para un buen sector de la clase
política significaba la entrada en el escenario político de ese nuevo
movimiento:
...no
vamos a permitirles es que actúen con el fusil en una mano y el voto en la otra
(...) si el gobierno no es capaz de desarmar a quienes aún no han entregado las
armas cuando transiten por los caminos electorales, el pueblo sabrá actuar con
decisión como lo ha hecho en el pasado contra cualquier intento de imponer un
Gobierno o una ideología más si ella es totalitaria por la fuerza".[xxxvii]
Los
departamentos con mayor índice de dirigentes upecistas asesinados entre el
primero de abril de 1985 y el siete de Agosto de 1986 fueron: Valle 29, Cundinamarca 28, Huila 24,
Santander 22, Antioquia 20, Norte de Santander 10, Meta 9, Cauca 9, Tolima 6,
Caquetá 6. La responsabilidad del mayor
número de asesinatos recayó sobre los grupos paramilitares quienes ejecutaron
104 actos criminales.
La
preocupación de los Partidos por garantizar el pluralismo y la libre
expresión, fue opacada por los apetitos electorales; el hostigamiento militar
manifestado mediante un acoso permanente, el decomiso de votos y una oleada
de propaganda anticomunista resaltaba frente a las "plenas garantías para
todos los colombianos" prometidas por Jaime Castro, Ministro de Gobierno.
Aún
así, los resultados electorales del 9 de marzo de 1986 significó para la UP el más importante
avance electoral de la izquierda que se hubiera conocido en su historia: 14 parlamen tarios (5 Senadores y 9
Representantes), 18 diputados y un buen número de concejales.
[i].FIERRO T.,Leonel.Lista
declaración de las Farc sobre cese al fuego.El Tiempo,May.,26,1984. P. 15A
[ii].TURBAY,Julio César. Discurso de posesión. En: Memorias de un
cuatrenio. 1978-1982. Presidencia de la República. Bogotá,1983. T. 4, P. 6.
[iii].BETANCUR,Belisario.Discurso al tomar posesión como Presidente
de Colombia ante el Congreso. El Tiempo,ago.,8,1982. P. 1B
[iv].BETANCUR,Belisario.Discurso ante el Congreso el 20 de julio de
1986.El Espectador,Jul.,21,1986. P. 8A
El dirigente Liberal
Jaime Castro, Ministro de Gobierno durante la administración de
Betancur,explica que para ese momento la solución al problema de la guerrilla
por parte del Gobierno debería ser política ya que "...Lo que estaba en
juego era no la supervivencia de ninguna de las dos colectividades tradicionales,sino
el mismo sistema democrático en sí mismo sonsiderado y que la solución debería
ser política". CASTRO,Jaime.El proceso de paz en Colombia.Revista del
Centro de Estudios Colombianos.Abril 21 de 1987.
[ix].BETANCUR,Belisario.
Discurso de instalación de las sesiones del Congreso el 20 de Julio de 1986.
Ob. Cit.
[xiv].Consta de 20 puntos el
documento de objetivos del grupo de Contadora y los países centroaméricanos
para la distención.Ganma (La Habana), Oct.,16,1983. P. 3
[xv].Comunicado conjunto de la
comisión de paz con las FARC. En Revista Documentos políticos,Bogotá,No 153.
El documento fue firmado
por : Roberto Gerlein (Partido Conservador),Gilberto Vieira (Partido
Comunista),Jaime Castro (Partido Liberal) entre otros.
[xx].Al preguntarsele si las
Farc podrían pasar de la lucha armada a la lucha política legal,un dirigente de
ese movimiento señalaba:
"...Si el gobierno
logra hacer las reformas a la Constitución,reformas políticas y estas son
posibles de aplicar,eso quiere decir que nosotros tendríamos garantías de
participar en una campaña y de buscar elegir a nuestros representantes".
Vease: ARENAS,Jacobo.Cede al fuego.Oveja negra,Bogotá,1985. P. 8
[xxiii].Vease: V Foro por los
Derechos Humanos. Por el Derecho a la vida y la Democracia. Declaración final.
[xxv].De la paz de las armas.La
República,Abr.,4,1984. P. 4
Otro
periódico del país señalaba: "La apertura política como el Diálogo
Nacional son sofismas de distracción para entretener la opinión
pública,mientras con cualquier pretexto de incumplimiento dentro de sus
verdaderos planes esté el de la confrontación democrática en las urnas".
Vease: Editorial. Las dudas de Lleras Restrepo. El Pueblo,Sep., 3,1984.
[xxvi].Partido Liberal
Colombiano. El Partido Liberal y la
defensa de las instituciones democráticas. Texto de la declaración
emitida por los directores adjuntos del Partido Liberal,el 29 de Octubre de
1985. P. 13
[xxxii].FUERZAS ARMADAS DE
COLOMBIA.Grupo de estudios Sociales.La democracia avanzada. Bogotá,1985. P. 1
[xxxiii].LEMA HENAO,Bernardo. La
política de paz amenaza las instituciones. En: DE LA TORRE,Cristina. (comp.)
Reformas políticas. Apertura democrática. Oveja negra,Bogotá,1985.
En una entrevista con
Patricia Lara,el antiguo Ministro de Defensa Luis arlos Camcho Leiva,señalaba
con respecto a la Política de Paz de Betancur: "Yo no diría que fue
inmoral sino equivocado. El Presidente Betancur se equivocó: con el diálogo con
la forma como atrajo a esas gentes hacia el Gobierno,les dio oxígeno.Los llevó
de la selva del derrotismo al Palacio Presidencial". Vease: LARA,Patricia.
Habla Camacho Leiva. Los civiles instigan algolpe. El Tiempo, May., 24,1987. P.
12A
[xxxv].Estas cifras pueden consultarse en: Derechos
Humanos. Un balance contra la vida. En: Revista Qué pasó? Coyuntura trimestral.
Cinep,Oct.-Dic. 1987. No 19. P. 43
[xxxvii].Dirección Nacional de la
Unión Patriótica.Detener la guerra sucia.Solidaridad con Colombia. Boletín
informativo internacional. Bogotá, 1988.